Últimamente la noticia de la “resurrección” del Impuesto del Patrimonio parece que lleva de cabeza a todo el mundo, cuando en realidad, como ya se ha dicho en muchos medios, no son tantos los afectados, pues ya se encargan los grandes despachos y los no tan grandes, de ingeniar estructuras empresariales en pocos días, reducir los ingresos del IRPF para que entre en juego el límite de la tributación del famoso 60% de la base imponible de la Renta o hacer donaciones a los hijos en aquella comunidades que tienen bonificado ese impuesto.
Pero llevaros cuidado. Estoy harta de ver auténticas barbaridades para eludir el pago de un impuesto o reducirlo, muchas veces guiados por malos consejos y otras por no pedir un buen asesoramiento. Y luego vienen los ¡Madre mía! ¡Yo no sabía!
Archivos diarios: 21 septiembre, 2011
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